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Antropología en Formosa

Antropología

Formosa (Formosa)

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La provincia fue poblada por dos grupos: los guaycurúes y los matacos. El principal de estos pueblos, que se extendió hasta el Chaco paraguayo y el Mato Grosso, fue el de los guaycurúes.

Los conjuntos tribales de este grupo ligüístico y cultural que habitarion en nuestro territorio son los abipones, mocovíes, tobas y pilagás. Su difusión abarcaba las provincias de Formosa, Chaco y norte de Santa Fe.

Los abipones parece que fueron los primeros en adoptar la cultura del caballo, a principios del siglo XVII, casi contemporáneamente los siguieron los mocovíes y más tarde los tobas y pilagás.

Eran básicamente cazadores y recolectores. Cazaban ñandues, venados, tapires y pecaríes. Recolectaban los frutos del algarrobo, chañar, mistol, molle, tunas silvestres, cogollos de palmera y miel silvestre.

La pesca era igualmente desarrollada, secándose y almacenándose los sobrantes. Esta pesca se realizaba con arpones, nasas, diques y redes.

La vestimenta consistía en el clásico manto patagónico, para las épocas de frío, fabricado con pieles de nutria y pintado con líneas rojas geométricas en su lado interno, y faldas de piel. Como adornos: vinchas, tatuaje del rostro y depilación de la frente, plumas en la cabeza y tobillos, pulseras, collares y tarugos en las orejas. Mocasines como calzado.

Las armas eran principalmente el arco y flechas con puntas de hueso, lanzas y garrotes de guerra; también usaban boleadoras y arpones.

Entre las técnicas se destaca el tejido de las fibras de caraguata. Recientemente han adoptado el telar y la alfarería.

La familia era monogámica pero fácilmente disoluble; la poligamia existía y existe aún para los jefes; el matrimonio es por simple convenio o compra.

El cacicazgo era hereditario, siempre que hubiera idoneidad en los sucesores.

Se cree que estos pueblos provienen de la Patagonia, desde donde habrían emigrado en épocas remotas.

En cuanto a los matacos o mataguayos, ocupan el oeste de la provincia y gran parte del Chaco salteño adyacente. Sus tribus son numerosas, entrando hasta Bolivia y el Chaco paraguayo.

Las tribus de este grupo no llegaron a adaptarse a la cultura del caballo, por lo cual su historia es mucho más pacífica que la de los guaycurúes. Por lo mismo, también, conservan mucho más su cultura originaria precolombina.

Racialmente son de tipo pámpido o patagónido.

La economía se basa hoy en la recolección de productos naturales, la caza y la pesca. Algunos grupos cultivan la tierra en forma rudimentaria.

En cuanto a la vivienda y vestimenta, eran similares a la de los guaycurúes.

Antiguamente los hombres usaban el manto de pieles patagónico, de nutria, zorro o venado, pintado en su interior con motivos geométricos rojos o negros, sustituido desde hace tiempo por el poncho de lana tejido en telar andino. Era común el uso de una especie de túnica corta tejida con fibra de caraguatá, adornada con motivos geométricos negros.

Las mujeres usaban una falda de cuero que llegaba hasta las rodillas.

Como adornos lucían collares, tatuajes faciales y pinturas corporales, adornos auriculares, vinchas rojas y tobilleras de plumas.

En épocas recientes han adoptado la cerámica, que es bastante tosca.

La familia es monogámica pero los caciques y hombres más pudientes tienen más de una mujer. El cacicazgo es hereditario pero los caciques tienen muy poca autoridad.

Hoy las tribus matacas y guaycurúes cuentan con varias docenas de millares de individuos, y constituyen parte importante de la población de estas regiones.