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Artesanía

Artesanía

Chaco (Chaco)

Dirección:

La producción artesanal indígena consiste en:

ALFARERIA: La alfarería chaqueña, que en sus comienzos fue muy rudimentaria, ha llegado a un nivel de tecnificación valorable.
Los mocovíes de Villa Angela y San Bernardo, y los tobas de Quitilipi y Fontana, obtienen hermosas piezas artesanales. Los matacos de El Sauzalito, Nueva Pompeya y El Sauzal, realizan para botijos esferoidales llamados "yote", que utilizan para transportar agua. Para la obtención de una arcilla plástica factible de cocción sin resquebrajamientos, los indígenas agregan a la misma cenizas de huesos y aserrín. La técnica empleada es la del "rodillo" o "chorizo", que al superponerse en una especie de espiral, va formando las paredes del cacharro. También modelan la masa directamente utilizando, en ambos casos, las manos exclusivamente, auxiliados con herramientas muy simples.
Se realizan botijas de arcilla, vasijas, jarritas zoomorfas y antropomorfas, botellones, platos y tinajas.
TEJEDURIA: Se desarrolla en base a fibras de lana y algodón, hiladas totalmente a mano, generalmente teñidas con colores naturales mediante la utilización del algarrobo y de raíces de diversas plantas. El tejido lo realizan en el telar indígena, bastidor hecho con cuatro ramas, muy rústico.
Se elaboran bolsitos, hamacas, fajas, alfombras, jergones, ponchos, mantas, vestimenta en general y vinchas con diademas de plumas.
También utilizan el chaguar, planta espinosa que crece naturalmente en el monte, de la que se obtiene una fibra parecida al hilo sisal. Con ella tejen hamacas, tapices, prendas de abrigo y adorno, fajas y las bolsas llamadas "yicas", mendiante la técnica de malla usando una aguja gruesa de madera, que generalmente es una espina de vinal.
Combinan los hilos de color pardo con otros teñidos de color marrón, gris, rojo y negro, obtenidos de cortezas, resinas y semillas.
Los motivos decorativos son formas geométricas, significativas de la fauna y de la flora locales; las bandas discontinuas sombolizan el cuero de la yarará; los rombos, el fruto de la tuna o la pata del zorro; y los pentágonos la cara del tigre americano o de la iguana.
CESTERIA: A medida que los asentamientos se acercan a la zona del río Paraguay o del Paraná, se acentúa la utilización de la totora para tejer bolsas, cestos y sombreros, de las más variadas formas y tamaños, mediante la técnica del damero.
Así trabajan los tobas de Resistencia, Fontana, Las Palmas y algunos grupos del departamento Maipú.
La hoja de palma o palmera, que abunda en el centro y en el noroeste chaqueños, es la materia que en la manos de los tobas se transforma en cestería de gran calidad y de originales diseños. Los mejores exponentes provienen de las colonias ubicadas en General José de San Martín y en Miraflores, que emplean la técnica del espiralado. Las formas de trabajo más frecuentes son torcido y retorcido, trenzado; tejido pasado, cruzado o cuadriculado; y tipo mimbrería, donde la trama se entrelaza trabando la urdiembre, que se mantiene rígida.
También confeccionan sombreros y toda clase de artículos de adorno y utilitarios.
MADERA: Pipas, peines, muñecos, figuras zoomorfas, cucharas.
CUERO: Bolsas, máscaras, ojotas.
ASTA Y OTRAS MATERIAS CORNEAS: Yesqueros en asta y calabaza.
ARMAS: Mazas, arcos y flechas.
ADORNOS: Pulseras y collares.
INSTRUMENTOS MUSICALES: Sonajeros, membranófonos, violines, flautas.